Dicen que rectificar es de sabios, y eso es precisamente lo que últimamente debo hacer con algunas de las superproducciones más esperadas del año, como Terminator Salvation y el film que hoy os comento, Transformers: La Venganza de los Caídos. En el primer caso mis expectativas eran muy altas y quedé profundamente decepcionado. En el segundo fue totalmente al contrario, y casualidades de la vida, superó todo lo que esperaba. Transformers 2 (que llamaré así para ahorrar el largo título) consigue entretener, divertir y sólo en contados momentos amenaza con aburrir, supongo que por la duración del film.
Y es que 150 minutos, dos horas y media, serán un auténtico desafío para la vejiga de muchos, sobretodo si antes hemos comprado un refresco XXL, que es lo que se suele hacer en estos casos. Su estreno mundial es el 24 de junio, pero la magia ha permitido una vez más que en cinemaniablog os brindemos la crítica unos días antes. Vamos allá.
El argumento será de sobras conocido por los amantes de estos robots. Sam (Shia LaBeouf) deberá unir de nuevo sus fuerzas con los Autobots para luchar contra sus eternos enemigos, los Decepticons, en una carrera por lograr encontrar un poderoso artefacto que se construyó en nuestro planeta cuando la humanidad no era más que un puñado de tribus primitivas. La supervivencia de la raza robot depende de ese artefacto, aunque por supuesto los Decepticons tienen planes nada buenos para él.
Lo primero que diré es que sí, la película es entretenida, tiene unos efectos visuales impecables, y a diferencia de la primera parte podremos ver a los transformers en todo su esplendor, con planos mucho más largos, detallados, y luchas que se dejan comprender, no como los amasijos de hierros que vi en su predecesora. Una vez más, la ILM ha obrado su magia, y eso se traduce en la friolera de 46 robots distintos (si las cuentas de los expertos no fallan), sean Autobots, Decepticons o los Caídos del título. La escenas de acción y destrucción son tantas que realmente llega un momento en que quedas tan saturado que ver cómo se destruye el portaaviones en la segunda mitad del film es algo que poco impresiona (aparte de haberlo visto en los tráilers repetidas veces).
Lo mejor de la película es la mezcla de humor y acción, y de eso hay a raudales. Aparte de los inevitables robots cómicos, encarnados por los gemelos Skids y Mudflap, o los mini-decepticons que protagonizan multitud de trastadas durante el film, la estrella cómica (del bando humano) es sin duda John Turturro. Aparte de otros momentazos protagonizados por el actor, la parte en que usa sus rasgos árabes (como ya hizo en Zohan, licencia para peinar) para que el ejército les permita cruzar la frontera es memorable.
El resto del reparto (humano) se limita básicamente a Sam Witwicky (Shia LaBeouf) y Leo (Ramon Rodriguez), su excéntrico compañero de habitación en la universidad. El resto son soldados y patriotas que tanto gustan a Michael Bay, y no son pocas las escenas en que me he sentido incómodo con tanto amor por la bandera, pero eso es inevitable. Y sí, tenemos escena con helicóptero a cámara lenta, por supuesto.
Y para terminar, los robots, auténticos protagonistas de la función. Supongo que si habéis llegado a este punto os preguntaréis: ¿Este tío se olvida que Megan Fox sale en la peli? Pues no, no me olvido, pero como os decía, terminaré hablando de los robots, así que no interrumpáis. Los más carismáticos son, por supuesto, los Autobots, que reconoceréis por su colorido variado y su sentido del humor. Los Decepticons, como son malos, tienen ese tono gris metálico tan poco hospitalario, así que no cuesta reconocerlos. El gran Optimus Prime disfruta de un merecido protagonismo (comparado con el primer film), y los gemelos y Bumblebee acompañarán durante la mayor parte del film a nuestros héroes, y son muchos los momentos de acción y humor que protagonizan. A Megatron poco le vemos, y ni falta que hace, porque la aparición del increíble Devastator se come (literalmente) la pantalla, y hará las delicias de aquellos que esperábamos ver por fin uno de esos gigantes que aparecen en el cómic, formado en este caso por los Constructicons. El otro personaje robot que me ha encantado es Jetfire, un Decepticon bondadoso pero algo senil doblado por el mismísimo John Turturro.
Y por último, el otro robot que chupa más cámara: Megan Fox. Sí, señores, al final resulta que la actriz interpreta a un androide sin sentimientos. Y eso como mínimo, porque aunque en una película así no se esperen grandes interpretaciones ni sorprendentes giros de argumento, la chavala es poco más que un florero, una especie de muñeco de Garfield con ventosas pegado a la espalda del protagonista, y con menos carisma que el genial Decepticon de juguete rehabilitado que les acompaña durante la mayor parte del film. Sea como sea, la actriz se me antoja como un robot más, aunque con poco repertorio de movimientos, la verdad.
Las expresiones de Megan Fox (Mikaela) son dos, claramente diferenciadas: la primera, con los ojos llorosos y esos enormes morros (¿se ha hecho algo en los labios, por dios?) haciendo pucheros. La segunda es cuando pretende ir de guapa (que lo es) y de dura (que no lo es), momento en que sus labios forman una O como si de una muñeca hinchable se tratara. Sea como sea, permitiendo pasearse por la pantalla a semejante putón verbenero los responsables consiguen su cometido, que no es otro que alegrar la vista de los frikis, y me incluyo, que asistiremos a ver Transformers 2. Por cierto, especial atención a todos los momentos en que la actriz corre, porque Michael Bay utiliza la técnica “vigilantes de la playa” en todo su esplendor, ya me entendéis.
En resumen, si tenéis pensado ir a ver Transformers: La Venganza de los Caídos, hacedlo, porque os gustará. Si no lo tenéis claro porque no os gustó la primera parte, haced un esfuerzo y dadle una oportunidad, porque seguramente os sorprenderá. Y si como nuestra compañera Blank preferiríais tragaros toda la filmografía al completo de Lars Von Trier antes que ver Transformers 2… pues eso, ni se os ocurra, porque ya comenté que son dos horas y media.
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